Por Nayely Trujillo.
Durante toda nuestra existencia escucharemos muchas historias de éxito, de logros, sonrisas y muchas satisfacciones, como personas sabemos que tras todo eso hubo un punto en que tropezamos, caímos y lloramos e incluso me atrevo a decir llegamos a la desesperación, pero ¿saben? sin ninguno de estos factores negativos nuestras victorias y éxitos no tendrían el mismo “sabor” de satisfacción. Y que mejor compartirlo con nuestros seres queridos.
Ahora un factor que se debe de tomar siempre en cuenta es que todos somos humanos y el hecho de cometer errores es parte de vivir y de forjarnos una calidad de vida, cuando tenemos un proyecto por ejemplo el bajar de peso, por salud o por estética, implica grandes sacrificios desde comidas hasta exigirse un ejercicio constante, una disciplina de acero, pero cuando estamos a la mitad del proceso nunca falta el día de la flojera, el día del antojo o el fin de semana en donde rompemos por completo la dieta, llega el lunes y la cruda moral es impresionante, la mayoría de las personas deciden por ya no seguir el duro camino debido a la decepción de uno mismo, pero el hecho de tener una “escapadita” no significa que tengas que echar por la borda el tiempo que ya le invertiste a tu entrenamiento.
Otro claro ejemplo es para aquellas personas que quieren dejar un mal hábito, ya sea el cigarro, el alcohol, el juego, etc. Son aquellas que luchan contra todo su ser para no tener una recaída en sus hábitos, para este tipo de tropiezo lo más importante es que la persona de verdad quiera dejarlo, en la mayoría de los casos de este tipo tiene que pasar algo realmente fuerte (lo que conocemos como tocar fondo) para que algo dentro de ellos, haga que tenga esa iniciativa de dejarlo, debe de empezar por romper los círculos malos, evitar los lugares que fomenten esas actividades, si por azares del destino retomas esos hábitos debes de analizar la razón de la caída, pide toda la ayuda que tengas a la mano. Nunca está de más un pilar que sea tu centro.
Si tu eres un espectador (alguien que da apoyo moral a una persona que tiene una meta o un objetivo), recuerda siempre decirle a la persona que lo apoyas en todo y que aunque tenga un tropiezo estarás ahí para darle apoyo y aliento, (eso no significa que tengas que “solaparle” todos los tropiezos que tenga), se supone que debemos de aprender de los errores para no cometerlos y salir siempre adelante.
Hay una frase que me encantaría compartirles a todas aquellas personas que por el momento se encuentran en un “bache”:
En la carrera por alcanzar tu meta, no importa las veces que te golpees y te caigas, lo que importa es la voluntad de volverse a poner de pie y llegar hasta el final como un triunfador.
Todos somos humanos y es normal equivocarse, pero es mejor cuando aprendes y no lo repites. Y eso, es parte importante del crecimiento personal y que redundará en una buena calidad de vida.
