Ayer hablamos de que la PNL ayuda a que logremos nuestras metas, sean profesionales o sea para aliviar alguna disfunción como la depresión, la ansiedad y otras. Sin embargo, el concepto de “programar” la mente para lograrlo y que es el enunciado primario de este tipo de terapia, puede dejar a algunas personas con dudas.
Por eso es que en esta ocasión queremos explicar un poco a este respecto. Primero que nada debemos de entender que nuestra mente está en un continuo proceso de aprendizaje y programación, desde el momento mismo del nacimiento nuestra mente se programa para reaccionar ante los estímulos internos y externos que reciba. Por ejemplo, el niño de pecho sabe que si llora, será atendido, sea para alimentarse o para ser aseado, y cada vez que cualquiera de esos estímulos se presenta, la reacción es completamente automática, sin que haya que pensar o decidir llevarla a cabo.
Y así sucede durante el crecimiento, cuando el cuerpo necesita agua, lanza un estímulo, y nuestra respuesta es obtener liquido para consumir. O cuando necesita descansar nos estimula con el sueño para dormir, y los exteriores? El frío por ejemplo, nos hace inmediatamente cobijarnos si estamos en la cama o abrigarnos con una chaqueta si estamos de pie.
Por tanto, la PNL busca precisamente enseñarnos a reaccionar ante estímulos que nos hacen sentir mal o actitudes que necesitamos mejorar en nuestra vida, como todo, es un proceso que conlleva la aplicación de diversas técnicas que ayudarán a lograr ese objetivo.
En nuestra próxima entrada comentaremos sobre ellas.